martes, 29 de enero de 2013

'La dieta espiritual' de Francesc Miralles, o cómo puedo seguir comiendo lo que me apetezca

Esta es la dieta que más me gusta


Esto va de experimentos, aunque tenéis que olvidaros de la bata blanca y el pelo de científico loco. Hace unos cuantos días me ofrecieron un ejemplar de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Confieso que en un primer momento dudé, porque los libros de autoayuda nunca me han llamado especialmente la atención. Pero hice los deberes, investigué un poquito, y me picó la curiosidad. De modo que acabé aceptando.

Al día siguiente lo tenía en casa, y al darle un vistazo una idea loca comenzó a abrirse paso en mi mente. ¿Y si me comprometía de verdad? ¿Y si me ponía a dieta espiritual con todos vosotros por testigos? Pues sí, hermosos, eso es lo que hay. Vais a ir viendo mi evolución a Super Saiyan semana a semana. Pero sin poderes especiales. Creo.

'La dieta espiritual' se basa en la idea de que no sólo nos sobran kilos, sino que muchas veces nos obcecamos en comportamientos no del todo recomendables que nos llevan por la calle de la amargura. Preocuparse demasiado por las cosas, no saber desconectar, tendencia exagerada al drama, procrastinación... ¿A alguien le suena? Pues bienvenido al club.

El libro propone un plan de 24 semanas, con un capítulo por cada una de ellas. En cada semana hay que trabajar un problema concreto, con ejercicios incluidos. Y aquí es donde entra mi experimento, ya que me he propuesto seguir el programa a rajatabla, realizar los ejercicios y compartir los resultados con vosotros. Spooky, eh?

Semana a semana veréis mis avances (o no, no prometo nada) con esta dieta tan singular. No prometo nada,  salvo sinceridad, y es bastante probable que si teníais alguna opinión favorable sobre mí esta acabe por desaparecer. Cada semana publicaré los objetivos a cumplir y mi conclusión sobre los ejercicios anteriores. Ya veréis, ya, que nos vamos a reír un rato... 

De modo que empezamos. No hay vuelta atrás. No vale rendirse, y si lo intento, más os vale estar ahí para darme caña. El tema de esta semana es Pre-ocuparte y los objetivos son los siguientes:

1. Deja de pre-ocuparte por lo que podría suceder.
2. Cada vez que te asalte la preocupación, ocúpate de una cosa importante que reclame tu atención.
3. No pronostiques resultados negativos.
4. Si haces alguna profecía a otra persona, que sea positiva para animarle a mejorar. 

¿Lo mejor de todo? ¡Que puedo seguir comiendo lo que me apetezca! Aunque igual eso también debería revisarlo... En fin, ya os contaré la semana que viene. ¿Alguien se apunta conmigo? 

martes, 15 de enero de 2013

Cursos universitarios gratuitos, o cómo Coursera me complica la vida



No sé si sois como yo. De verdad, de corazón, espero que no. Y es que yo soy la típica persona a la que le gusta crearse presión gratuita. Cuantas más cosas mejor. ¿Libros para reseñar? Envíame dos docenas. ¿Proyectos para novelas? Dos al mes, mínimo. ¿Cursos gratuitos? Me apunto a cuatro por lo menos, total, son gratis.

Y después lloro, claro.

Porque no puedo con todo, porque me agobio y pienso que si no soy capaz de llevar chorrocientas mil cosas adelante no soy nadie. Y porque, en realidad, hago bien poco...

Aquí es donde entra Coursera. Supongo que la mayoría ya la conoceréis pero para los que no, tenéis que saber que es una plataforma que ofrece cursos online gratuitos. Los cursos están realizados por universidades de las buenas, tipo Stanford, Priceton, y demás. ¿Los temas? Todos los que se te ocurran, desde química a filosofía, pasando por finanzas, literatura o música. ¿La pega? Que son inglés, pero a mí no me frena nadie y mucho menos un idioma...

De este modo, y aunque ya tengo unos cuantos cursos y proyectos en marcha (¡juhu!), me he apuntado a unos cuantos cursos. Porque yo lo valgo. Porque me gusta sentirme presionada y acabar llorando en el sofá con mi nórdico y mi taza de té, oh sí. A partir del 28 de Enero comenzaré Developing Innovative Ideas for New Companies y E-Learning and Digital Cultures. Duran seis y cinco semanas respectivamente y, lo sé, se parecen tanto como un huevo a una caja de pastillas Juanolas.

Así que así estamos. Con ganas de pasarlo bien. Juerga loca, oigan. Os iré contando mis agobios, nos vamos a reir un rato, ya veréis. Eso sí, si os enteráis de algo parecido en castellano, avisad. Sólo por si acaso, igual hay algo que me interesa...


miércoles, 9 de enero de 2013

Promesas que no valen nada, o los inevitables propósitos de Año Nuevo


Bridget Jones, el paradigma de los propósitos de Año Nuevo


Igual no os lo creeis, pero este 2013 es el primer año en el que hago propósitos de Año Nuevo.Y digo que es el primer año porque siempre había pensado que me conocía demasiado bien como para proponerme cumplir  retos que probablemente descartaría en dos semanas.

Porqué este año y no otro, os preguntaréis. Tiempo libre. Mucho tiempo libre, de hecho, demasiado, que tengo que cubrir preferiblemente con cosas productivas o lo más probable es que me pase el año tirada en el sofá leyendo un libro tras otro y bebiendo té. Lo cual no está nada mal, pero me conozco y después me quejaré de lo mucho que pierdo el tiempo. En fin.

Me había dado de vacaciones hasta el día ocho porque todos sabemos que las Navidades terminan ese día y cumplir según que objetivos era tarea imposible, de modo que ayer comencé oficialmente el año.Me dicen por aquí que ya no es cool esto de los propósitos pero bueno, mi blog, mis reglas y como este año se me ha antojado, pues allá vamos...


  • Levantarme temprano
Con temprano me refiero a las nueve, no os vayáis a creer. Soy muy dormilona y durante las navidades mis horarios han sido una locura de modo que quería comenzar a levantarme a una hora decente. Llevamos dos días ¿no? Pues los dos días me he levantado tarde. Tengo que mejorar esta.

  • Estudiar inglés
Ah, un clásico de los propósitos. Con estudiar inglés me refiero en concreto a estudiar gramática, porque lo único que hago es leer novelas, pero la gramática (es decir, lo que después piden en la EOI) me la paso por el forro del chandal. Aún no me he puesto con ello pero he sido indulgente conmigo misma y me he propuesto una hora diaria. No quiero presionarme.

  • Llevar la agenda al día
Esta es para crucificarme, pero hasta hace unos meses sólo utilizaba las agendas para el trabajo. Sin embargo, después de empezar a utilizar una en casa he descubierto la penicilina. Es decir, que llevar la agenda al día te ahorra un montón de quebraderos de cabeza. ¡¿Por qué nadie me había avisado?!

  • Escribir más
Otro clásico. He comprobado por mí misma que si llevo una rutina más o menos diaria de escritura rindo mucho más. Lo comprobé con Com! y con el NaNoWriMo. Aún así, me escaqueo yo sola, y mira que después me da coraje... También quiero ponerme una hora o dos al día y escribir aunque sea una basura. Después siempre me alegro de hacerlo. Oiréis hablar de esto más adelante, os lo prometo.

  • Mantener el blog
Lo tengo abandonado, no hay más que verlo al pobrecico. Creo que dos o tres entradas semanales están bien, tampoco quiero ser coñazo. Además, esto lo hago por diversión, por lo que imponerme algo estricto no tiene mucho sentido. Estoy escribiendo esta entrada, de modo que voy bien encaminada ;) 

Estos son los gordos. Después tengo un puñado en plan echarme el anticelulítico, hacer más fotos, contestar a los mails enseguida (esta es muy importante, por eso la subrayo), aprender a pintarme bien las uñas de la mano derecha y más chorradas random. No hay nada excesivamente complicado y sí cosas que pueden ayudarme en el día a día.

Espero no abandonar los propósitos como esa gente que los deja en la cuneta. Os mantendré informados de mi progresión. Al fin y al cabo, es uno de los retos...