lunes, 29 de abril de 2013

Escribo relatos gratis ¿qué quieres que te escriba?

Él también se apuntó a StoryADay 
Está claro que Adhara y yo fuimos separadas al nacer. No tiene otra explicación. También está claro que nuestra particular espiral de inspiración mutua está alcanzando unos niveles de caos y destrucción que ríete tú de Corea del Norte... El caso es que después de leer mi post anterior sobre StoryADay, Adhara ha decidido venderse regalarse escribir lo que a nosotros nos apetezca, cosa que deja muy clara en este post.

Y yo no he podido resistirme, claro.

Así que la copio. Creo que no hago una locura de este tipo desde los tiempos del LJ (ah, dulce juventud) de modo que abro la veda y me ofrezco voluntaria para escribiros todos los relatos que queráis. Terror, Sci-Fi, Chick-Lit, Fanfic... LO QUE QUERÁIS. Con detalles o sin ellos, ideas random o rocambolescas, tú mandas...

Aprovechad porque no sé cuando se repetirá una ocasión así...

Obviamente, serán relatos cortos, o muy cortos, en los que me reiré vilmente de todas vuestras pretensiones de leer literatura de calidad, pero prometo intentar dar todo lo mejor de mí misma. Cuéntame lo que te apetece leer, esa escena eliminada que revives en tu mente una y otra vez y veremos qué se puede hacer. ¡No os cortéis!

Adh tiene exámenes, yo tengo que preparar un viaje de seis meses pero NO IMPORTA. Nos debemos a nuestros lectores, y ya que estamos, me paso por el arco del triunfo todas esas excusas baratas que os contaba esta mañana sobre no creo que pueda escribir y blablabla...

Pedid, que ya tengo el boli preparado...

StoryADay, seguimos con los retos literarios

Mayo es el mes de las flores... ¡y el de los relatos!

El otro día, leyendo el blog de la genial Adhara leía estas sabias palabras me gustan estas cosas en las que otra gente me dice lo que tengo que hacer con mi vida  y, claro, no pude sentirme más identificada. Ella se refería a no se qué con agujas e hilos, pero a mí me ocurre con los retos literarios. No puedo decir que no, ¡me encantan! Me gusta esa sensación de Oh, tengo que escribir, ya sabéis, la presión social y todo eso... 

De modo que después del Camp NaNoWriMo en Abril (que ha sido un desastre, por cierto), en Mayo llega StoryADay, otro reto ideal para este Lunes Literario que nos lleva a eso del más difícil todavía... Porque, como bien habréis adivinado gracias a vuestro inglés de la ESO, el reto de StoryADay consiste en escribir una historia cada día durante el mes de mayo. Puede ser de cien palabras o de cien páginas, pero tiene que ser una historia completa.

Ajam.

En su día ya escribí una entrada sobre el tema en Papel en Blanco, pero no está de más recordar este tipo de cosas. La web en sí misma es muy interesante y aunque no vayáis a hacer el reto os aconsejo que le deis una mirada porque podéis encontrar cosas bastante útiles. Eso sí, todo en inglés, my friends...

Si sois como yo y necesitáis estímulos continuos este reto os va a encantar. A mí me parece bastante más difícil que el NaNoWriMo, eso de tener que hilar una historia cada día. Ya sabéis que la brevedad no es precisamente una de mis virtudes...

Sinceramente, aún me estoy pensando si embarcarme o no en el proyecto. Por un lado me llama mucho la atención pero por otro lado Mayo promete ser un mes movidito. A principios de Junio me voy a Bulgaria y estaré allí seis meses de modo que este mes va a ser una auténtica locura de preparaciones, despedidas y lloros. Ahora mismo estoy la mar de tranquila pero eso se va acabar pronto y entonces todo será muerte y destrucción.

Además, no sé vosotros, pero el Camp NaNoWriMo me ha ido mal tirando a fatal. Aún quedan un par de días, e igual puedo salvar algo, aunque tengo pocas esperanzas... En cualquier caso, en un par de días os contaré mi fracaso con todo lujo de detalles.

¿Qué os parece la iniciativa del StoryADay? ¿Os apuntáis? ¿Demasiado heavy para vosotros? ¿Es justo lo que estabais esperando? ¡Contadme! 

jueves, 25 de abril de 2013

Semana 12: Rencor


Tu sigue, que mientras yo voy acumulando rencor...

Llegamos así de alegres y contentos al ecuador de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Doce semanas llevamos ya, a lo tonto, y otras doce nos quedan por delante para ser mejores personas, ser felices y comer perdices. Para esta semana nos tocaba el tema del rencor, un sentimiento que todos hemos sentido alguna vez.

El rencor es ese bolso gigante (más grande aún que el que llevamos todos los días encima) y en el que vamos metiendo todo eso que nos ha hecho daño y que no hemos logrado superar: el día en que tu novio no fue a comprarte unas patatas del McDonalds, ese momento terrible en el que cancelan tu serie favorita, o cuando vas a Primark y TODOS (pero todos) los pantalones, independientemente de la talla que sean son pitillos. 

Como veis, yo soy muy de acumular rencor contra cosas absurdas. He intentado pensar en comentarios o acciones de gente que me hubieran hecho daño y no recuerdo ninguna en concreto. A ver, que sí, que claro que me han hecho daño muchas veces, montones, más o menos como a ti.

Algún comentario desafortunado de una compañera de clase, un olvido imperdonable por parte de una amiga, un jefe que no te valora... Todos acumulamos pequeñas tragedias diarias, pero, al menos en mi caso, tras estar enfadada con el mundo durante un par de días, después lo olvidamos. Claro que mi vida tampoco tiene mucho de particular y aunque yo sea bastante propensa al drama (que lo soy, y mucho) lo habitual es olvidarme del tema y borrón y cuenta nueva.

Para superar ese rencor que nos come por dentro es imprescindible el perdón. No sé vosotros, pero yo soy de perdón fácil, pero también tengo que recalcar que nunca me he visto enfrentada a situaciones verdaderamente peliagudas. Nunca me han pegado, robado, sido infiel, etc etc de modo que perdonar a tu jefe porque te ha llamado la atención cuando no debía tampoco resulta tan difícil...

Aunque te pases dos días mirándolo con ojos acusadores...

Para la semana que viene tenemos un tema que me ENCANTA. No, de verdad, estaba esperando este momento desde que empecé el libro y por fin ha llegado... La próxima semana nos ocuparemos de la Procrastinación, ese pecado moderno del que todos somos culpables. Como siempre, hay deberes para hacer...

1. Empieza la semana anotando en tu agenda una meta importante para cada día. Especifica las horas a las que se realizará dicha tarea.

2. No realices otras actividades hasta que esa misión se vea cumplida, aunque para ello tengas que renunciar a cosas que te apetezca hacer.

3. Al finalizar la semana, regálate una gratificación personal por haber cumplido estos objetivos.

4. Traza el programa diario para la semana siguiente, con el firme propósito de no desviarte de los planes.

Y vosotros ¿cómo lleváis la dieta? ¿Habéis llegado ya al ecuador? 

miércoles, 24 de abril de 2013

Bulgaria ¡allá voy!

Que bonica, que bonica...

Me acabo de dar cuenta (mentira, en realidad me di cuenta anoche, pero ya estaba metida en la cama, era tarde y tenía sueño, así que pasé) de que por aquí no había anunciado que me voy a Bulgaria seis meses. Es curioso, porque hace unos cuantos años (antes del 2006) el blog sería el primer sitio donde lo compartiría con mis fans ansiosos (ejem). Claro que antes le dedicaba mucho más tiempo a mi blog y no existían ni Facebook ni Twitter.

El caso es que de Junio a Diciembre mi residencia oficial estará en Bulgaria. ¡Yupiii! No es que haya decidido emigrar con mi hatillo. Sinceramente, creo que escogería otro país donde rehacer mi vida como prófuga. Pero el caso es que después de años de enviar mails, hacer entrevistas, no hacer entrevistas por miedos de última hora y demás dramas personales de esos que son tan divertidos de leer, en Enero me dijeron que me habían escogido para un Servicio de Voluntariado Europeo (SVE o EVS, dependiendo de lo 'europeos' que os sintáis).

Por fin. Y qué miedo.

Estaré seis meses en Sofía, la capital del país, trabajando en programas de animación a lectura en la biblioteca central de la ciudad. Y me encanta la idea. Como os decía, siendo totalmente sincera, lo más probable es que no hubiera elegido Sofía para un EVS pero es que el proyecto me encanta. ¡Me encanta! ¡Lo amo! ¡Lo adoro! y eso que todavía no he llegado allí y no me he enfrentado a hordas de niños hablando un idioma endemoniado...

El búlgaro es un idioma infernal
De modo que, aunque todavía tengo que recibir los datos concretos como fecha exacta de salida, lugar dónde me alojaré y demás minucias tontas, tengo la tranquilidad de que el proyecto ya está aprobado. Sí, bueno, soy yo, de modo que hasta que no me vea allí puedo esperar cancelaciones de última hora, enfermedades hipermegacontagiosas, hundimientos de la economía nacional y hasta guerras civiles. Pero soy optimista ¿eh? 

Compartiré piso con un chico de Cádiz, una chica alemana y un chico portugués. Las conversaciones van a ser para hartarnos de reir, ya veréis. Curiosamente, me viene genial que haya un portugués en casa, porque así recuerdo mi vida tripeira. Nunca está de más recordar un idioma... Me estoy preparando mi inglés más macarrónico, ese que te hace sonrojarte cuando intentas explicarle a otra persona que te duelen un montón los ovarios porque te ha bajado la regla y sólo deseas morir en paz entre montañas de mantas y barritas de Lion.

Después de todo esto os estaréis preguntando por qué. ¿Por qué te vas ahora? Como os decía, han sido varios años intentándolo, pero salvo un par de veces que el proyecto me apasionaba de verdad y llegué a hacer la entrevista (había una casa histórica en Inglaterra que me tenía loca de verdad), el resto de veces me he rajado en cuanto me han pedido más datos. Así de simple. Un trabajo indefinido, y más con estos tiempos que corren, no era para dejarlo así como así. Y Fausto, claro. Aunque me apoye en todo lo que hago (bueno, casi todo...) es un paso que hay que pensarse mucho.

Pero ahora estoy en paro. Y me gusta este proyecto. Trabajar en una biblioteca, el sueño de mi vida. Bueno, uno de mis sueños, pero vosotros me entendéis. Además, hay una razón mucho más prosaica y es la edad. Siempre he querido hacer un EVS, peeeerooo sólo es posible hasta que cumples los 31 (oficialmente es hasta los 30 pero mientras tienes 30 es válido, so...). Cumpliré 30 en mayo.

Es ahora o nunca. Y va a ser ahora.

Curiosamente, cuando se lo cuento a la gente, todo el mundo me pregunta por Fausto. Mi niña interior, que es una perra egoísta de cinco años piensa ¡ehh, que la prota soy yo!  pero claro, esa niña aún no sabe la suerte que tiene de dar con alguien como Fausto. Que me apoya en mis elecciones por muy locas que sean. Que me apacigua cuando me embalo, y no son pocas las veces. Además, irá a verme ¿qué más quiere?

Y esto es todo, por ahora. Os iré informando, porque esto promete ser una mina de escenas vergonzosas para mí y todos mis compañeros. Ya veréis lo que nos vamos a reir, ya...

lunes, 22 de abril de 2013

Día del Libro: ¡estos son mis favoritos!

Mi casa es más o menos así, pero peor

Hoy, el Lunes Literario, va a estar dedicado al día de mañana. No os imaginéis viajes en el tiempo (aunque molaría), es que mañana es el Día del Libro y no podía dejar de nombrarlo. Me expulsarían de Internet, o algo igual de nefasto.

El caso es que después de leer la entrada que escribió Fausto el otro día para Papel en Blanco en la que nos contaba los títulos que quería que le regalaran para el Día del Libro (así de sutil es la criatura) pues me entraron ganas de hacer lo mismo. Yo soy así. El culo veo, culo quiero de toda la vida, pero en posts blogueros, porque los tiempos cambian y todo eso...

Tengo un millón de libros por leer y en casa ya empezamos a tener un problema serio de espacio pero NO IMPORTA porque somos unos yonkis de los libros y no sólo nos gusta leer, sino que también nos gusta poseer, poder acariciarles el lomo de vez en cuando y tirarles besitos. Como os digo, a pesar de tener libros para leer durante el resto de mi vida el ansia me puede, de modo que os dejo una pequeña lista con los títulos que no me importaría encontrarme mañana debajo del árbol de la almohada.

El despertar de la Señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera

Prudencia Prim llega a un pequeño pueblecito con la intención de organizar la biblioteca del misterioso Hombre del Sillón, un hombre inteligente pero falto de tacto y delicadeza. Poco a poco, la señorita Prim irá descubriendo los secretos que esconden los curiosos moradores del lugar. Me llamó la atención desde que oí hablar de él. Es la primera novela de su autora y ya se han vendido los derechos para su publicación en otros países por lo que algo debe tener...

Cuentos completos de Thomas Hardy

A priori parece el libro ideal para mí. Me gustan los cuentos y me gusta (mucho) Thomas Hardy por lo que en principio no habría nada que objetar. Sin embargo, sus casi mil páginas me causan una angustia irracional. Y digo irracional porque al ser cuentos no tendría por que leerlos todos del tirón... Aún así me cuesta y lo quiero, una contradicción muy mía...

Elogio de lo cotidiano de Tzvetan Todorov

Un ensayo, porque últimamente leo muy pocos. Nunca he leído nada de Todorov y un estudio sobre la pintura holandesa del siglo XVII me parece una muy buena opción para comenzar. Todorov intenta explicarnos, en apenas 128 páginas, cómo y por qué los artistas holandeses pasan de retratar lo sagrado a retratar lo profano, sin idealizaciones. Pinta muy bien, la verdad, y nunca mejor dicho ;p

Soy de pueblo de Moderna de pueblo

Me hacen mucha gracia las viñetas de esta chica y es inevitable sentirse identificada. La mayoría de las veces me siento como ella, demasiado moderna para mi pueblo, demasiado de pueblo para la gran ciudad. Si insistes en comprar marcas que no venden en tu ciudad, si tus amigos no se enteran cuando hablas, si te crees supermolón porque te dejas una pasta en cervezas de autor, échale un vistazo. No estás solo.

The Forgotten Writings of Bram Stoker editado por John Edgar Browning

Si echáis un vistazo a mi wish list de Amazon os encontraréis un batiburrillo más que curioso. Hay un poco de todo pero uno de los que más ganas le tengo es este. Poemas, canciones, cuentos cortos, artículos periodísticos, entrevistas... un montón de escritos de Bram Stoker que han sido olvidados y que ahora rescatan en esta edición tan bonita. Eso sí, por ahora sólo en inglés...


Y esto por ahora. Hay muchos más libros que deseo con toda mi alma pero si comienzo no pararé nunca... Si queréis regalarme algún libro tenéis que saber que no hace falta que os ciñáis a esta lista. En serio. Acepto de todo. Bueno, casi de todo, pero ya me entendéis. Además, tampoco hace falta que sea mañana. En mi casa siempre es el Día del Libro ;)

Y vosotros ¿ya habéis hecho vuestras peticiones? 

jueves, 18 de abril de 2013

Semana 11: Anclarse en el pasado

Todos tenemos un pasado... aunque algunos son más vergonzosos que otros...

Una semana más, niños y niñas, volvemos con un nuevo capítulo de La dieta espiritual de Francesc Miralles. Como veis, esta semana la hemos dedicado al tema Anclarse en el pasado y creo que aquí, el que más o el que menos tiene algo que decir.

Todos tenemos momentos en los que recordamos tiempos pasados y pensamos Tendría que haber hecho esto... o No debería... Por lo general no suelen ser cosas importantes, pero hay ocasiones en la que los remordimientos no nos dejan dormir.

Le robaste el novio a tu mejor amiga.

Le dijiste a tu prima que ese vestido le quedaba horrible porque en realidad querías comprarlo tú.

Copiaste en un examen superhiperimportante y, lo que es peor, te pillaron.

No le diste a tu perrito todo el amor que se merecía y ahora está muerto.

Las cosas pasan. Nos suceden cosas buenas y malas pero el ser humano, haciendo gala de un irrefrenable deseo de autodestrucción, suele fijarse más en las cosas negativas y seguir rumiándolas durante un par de décadas. Por si acaso se nos olvida...

El pasado no se puede cambiar y blablabla. Eso ya lo sabemos. Todos veíamos Erase una vez la historia (¿era así el título? Bueno, sabéis a lo que me refiero). Hay gente que ha sufrido verdaderos dramas: abusos, guerras, separaciones familiares... Gracias a los dioses (los antiguos y los nuevos), no soy una de esa personas.

Igual el blog hubiera tenido más gancho, pero no.

Me caí del caballo con once años y cogí miedo. No era la chica más popular del colegio. Me declaré a un chico y me dijo que no. Pensé en irme de Au-Pair y no lo hice. Tuve enfados estúpidos con amigas del colegio y perdí su amistad.

Estos son mis pequeños dramas. Tengo más, pero son todos por el estilo. Nada que no se salga de lo corriente. Lloré un poco en su momento pero pasaron y ya está. Dicen que te arrepientes más de lo que no has hecho que de lo que sí has hecho, y creo que es cierto.

En el caso de mi desastrosa declaración de amor decidí lanzarme a la piscina a lo loco, sin flotador y sin mirar. Resultó que la piscina no tenía agua y me rompí todos los dientes y un par de costillas. Dolió un montón. Peeeero estoy segura de que si no le hubiera dicho nada aún estaría preguntándome qué habría ocurrido. 

Mucho mejor así. Creo.

No tengo mayores traumas y por lo general trato de no arrepentirme demasiado de lo que hago. Y si hago algo mal, intentar solucionarlo. Un día le grité a un compañero de trabajo. Fue por una tontería. Estaba muy tensa y lo pagué con él. 

Estuvo mal. Yo lo sabía y él lo sabía. Así que al día siguiente me disculpé. Y le compré una piruleta, por si acaso... Está claro que no todo tiene tan fácil solución pero por si acaso yo sólo os recuerdo que las piruletas y los caramelos son muy baratos y se consiguen grandes cosas con ellos.

El tema para la semana que viene es el Rencor y aquí vamos con los deberes:

1. Perdona cada día de la semana a una persona que te haya hecho daño voluntaria o involuntariamente, entendiendo -que no justificando- las carencias que le llevaron a actuar de ese modo.

2. Analiza si a tu vez has infligido sobre otros un daño similar. Toma conciencia de esa conducta disfuncional para no volverla a repetir.

3. Cada noche, antes de acostarte, interioriza este propósito de Buda de la compasión: "si por mis limitaciones no soy capaz de hacer felices a los demás, que al menos mi conducta no sea motivo e su infelicidad".

Y vosotros ¿ seguís aferrados al pasado o miráis al frente? 


lunes, 15 de abril de 2013

'Black Books', la serie que todo librero debe ver

Libreros como estos hay pocos...

El Lunes Literario de hoy, además de llegar más tarde de lo acostumbrado, va a ser un poco crossover. Y es que aunque Black Books es una serie de televisión es una visión imprescindible para todos los libreros. O para todos aquellos a los que le gusten los libros y las librerías. O para todos aquellos a los que les guste reírse, sin más.

Se trata de una serie británica, como no podía ser de otro modo, y cuenta con tres temporadas de seis capítulos cada una. Los capítulos son muy cortos, unos veinte minutos, del estilo de The IT Crowd, y el sentido del humor también es parecido. Es decir, absurdo. Y tremendamente adictivo.

Black Books es el nombre de la librería regentada por Bernard Black, un tipo que se da un aire a Neil Gaiman, que odia a la gente y a los clientes en especial, y que se pasa el día bebiendo y fumando. A su lado tenemos a Manny, su ayudante, bienintencionado y trabajador, que intenta que la librería tenga éxito; y Fran, una amiga un poco neurótica, que también abusa del alcohol. Tres protagonistas que llevan todo el peso de las tramas, y os aseguro que ellos se bastan y sobran.

La trama general es bastante vaga y se basa, sobre todo, en los diferentes gags de cada uno de los personajes y la fluidez de las conversaciones. Como os decía, el humor es totalmente absurdo. Por ejemplo, podemos ver a Bernard llorando por vender libros, porque eso significa tener que llamar a los proveedores y tener que interactuar con otras personas. Podemos ver a Manny capaz de adivinar dónde ha pasado un libro las vacaciones a través de un minúsculo grano de arena. O a Fran viendo como su habitación encoge en una noche de verano, y no, no es una metáfora.

Aunque toda la serie es tremenda, me gusta especialmente la última temporada. Los capítulos en el que Manny entra a trabajar en una cadena de librerías, o en el que Bernard escribe un cuento infantil son sencillamente gloriosos. No son los únicos, ojo, la serie encadena una carcajada con otra, pero esos son mis favoritos.

Si vamos a buscarle una pega, es la manera tan abrupta en la que acaba. Es decir, no acaba. No hay un final definido. El último capítulo es simplemente como cualquier otro y te quedas con la sensación de que podrías seguir viendo las aventuras de este trío tan especial durante el resto de tu vida. Otra pega muy gorda es que no hay versión en castellano, al menos no oficial, ya me entendéis... La edición en dvd es muy barata, unas 8 libras en Amazon, pero sólo tiene subtítulos en inglés, de modo que si no manejáis el idioma de Shakespeare a la perfección os perderéis muchos gags...

Os dejo con el inicio de la serie, para que veais por donde van los tiros. Si tenéis ocasión, miradla, porque de verdad no os vais a arrepentir ;)





jueves, 11 de abril de 2013

Semana 10: El ego

Yo soy yo... y mi circunstancia
No, no hace falta que miréis el calendario. No os habéis equivocado. No es martes, es jueves y lo será durante todo el día. Sé que mi entrada semanal sobre La dieta espiritual de Francesc Miralles suelo publicarla los martes pero a partir de ahora, y por cuestiones de logística, va a pasar a los jueves. Tanto da, ¿no?

El tema para esta semana es el ego y tengo que confesaros que esperaba más chicha de este capítulo. Ya que estamos condenados a vivir con nosotros mismos durante toda la vida más vale llevarse bien ¿no creéis    Sin embargo, estar siempre pendientes de nuestro ego, es decir, de nosotros mismos nos convierte en malas personas, en criaturas egoístas a las que nadie quiere etc etc...

Y ojo, que yo no os digo que no, pero como todo en la vida hay que encontrar un equilibrio más o menos perfecto. Pensar en ti mismo es algo digno, no tiene porqué ser algo aberrante, siempre y cuando no nos llevemos por delante a los demás. Cuando tomamos una decisión importante ¿debemos pensar antes en nosotros o en los demás?

Como todo, depende de las circunstancias y sobre todo, depende de las consecuencias que esas decisiones tendrán en los demás. No es lo mismo decidir teñirte el pelo de azul en contra de la opinión de toda tu familia que quedarte embarazada sin preguntarle a tu pareja... No es lo mismo, no...

Por contradictorio que parezca, el amor por nuestro ego no tiene porqué estar unido al egoísmo. No está mal querer lo mejor para nosotros mismos, siempre y cuando no perjudiquemos a los demás en nuestro ejercicio de amor propio, o al menos no lo hagamos con alevosía y mala intención. 

Si ganamos un premio literario, significa que otro no lo ganará en nuestro lugar. Si conseguimos ese puesto en la empresa de nuestros sueños, imagina cuantas personas esperaban también conseguir ese empleo... Piensa en todas las consecuencias que tiene cada uno de tus actos y nunca más volverás a dormir tranquilo...

No os digo que seáis malos. Ni mucho menos. No os digo que portéis como cerdos egoístas  Que no. No se trata de ser un ególatra y ser el centro del universo, pero tampoco de hacer el gilipollas y dejar que todos se aprovechen de ti y tus buenas intenciones.

A veces hay que ser egoistas. Un poco, sólo un poco. No hay que hacer daño de manera gratuita, pero tampoco hay que dejar que los demás no lo hagan a nosotros. Equilibro. Empatía. Generosidad. Meterlo todo en una coctelera, con las dosis correcta y encontrar la fórmula de la felicidad personal.

Es difícil, pero no imposible ;) 

El tema para la semana que viene es Anclarse en el pasado, y como siempre, tenemos tarea por hacer:

1. Identifica un hecho traumático que crees que ha condicionado negativamente tu existencia.

2. Extrae aquello positivo que pueda haber supuesto para tu crecimiento.

3. Fija una meta "con sentido" para la semana que viene, algo de lo que te puedas sentir orgulloso. 

¿Me contáis cómo ha ido vuestra semana? 

lunes, 8 de abril de 2013

#yotambiénsoymala, o Crónica de una travesura inconsciente

Así era como yo me imaginaba mi vida adulta
Os confieso que no sabía muy bien de qué hablaros hoy en una nueva entrega del Lunes Literario. Y no es por falta de noticias, ojo, que si empiezo no paro. El caso es que estaba dudando entre varios temas, cuando he visto en Twitter un particular concurso de la editorial Fábulas de Albión.

Si me leeis en Papel en Blanco ya sabréis que soy muy fan de Fábulas de Albión. No podía ser menos, siendo como es una editorial dedicada a autores ingleses clásicos y poco conocidos. Un poco rollo gótico, un poco de steampunk, misterio, fantasmas... ese tipo de cosas que tanto me gustan. Además, y por si fuera poco su símbolo es una tetera. Amor forever.

El caso (que me voy mucho por las ramas) es que para celebrar la publicación de El joven Moriarty de Sofía Rhei, la primera incursión de la editorial en la literatura infantil y juvenil, han puesto en marcha un concurso en Twitter bajo el hashtag #yotambiénsoymalo, y en el que hay que contar alguna trastada de la infancia (o de adultos, seamos malos).

Y es que ya sabéis que a mí un tuit como que se me queda corto, por lo que voy a utilizar esto como excusa para contaros una de mis escasas travesuras infantiles. Porque tenéis que saber que yo era una niña muy modosita. Muy cursi, muy repipi, que me creía Mary Lennox o Sara Crewe, que tomaba té desde la más tierna infancia, salía a pasear en mi caballo Byron o a leer en el jardín junto a mis perros.

Como podéis imaginar, no era muy dada a las travesuras (de hecho, no era muy dada a moverme en general) de modo que mi más gloriosa trastada fue, en realidad, fruto de la inconsciencia. Tenía nueve tiernos años y tras las clases de catecismo que se daban en la iglesia para hacer la comunión, me encontraba plácidamente jugando con mis amigas. Entrábamos y salíamos de la iglesia sin que nadie nos llamara mucho la atención, y no sé a qué estábamos jugando cuando vimos un libro de notas abierto y sobre un atril en una de las naves de la iglesia.

Y ahora es cuando viene lo bueno...

Con toda la inocencia que os podáis imaginar, yo, que vivía en mi mundo particular de galletas de mantequilla y florecillas silvestres, convencí a mis amigas de que era un libro de visitas y que debíamos firmar. De esta manera, una tras otra fuimos estampando nuestro nombre en el libro, y luego seguimos jugando tan tranquilas, sin nada que turbara nuestra paz.

Nos fuimos cada una a nuestra casa y la cosa no hubiera ido más allá de no ser por la vecina de una de mis amigas, que tras la misa de la tarde corrió espantada a su casa para averiguar qué había ocurrido para que el cura pronunciara nuestros nombres... en una misa de difuntos.

Confesamos nuestra culpabilidad, claro está, y yo además, como cabecilla instigadora tuve que explicar que había sido sin querer y que de verdad, de corazón, creía que se trataba de un libro de visitas como el que había visto en algunas catedrales. Me creyeron, supongo, porque una vez aclarado el misterio no se volvió a hablar del tema.

Así que ya veis, mi travesura más mítica no fue premeditada, ¡ni siquiera fue consciente! Seguro que hice alguna que otra, pero os prometo que no me acuerdo. Mi madre insiste en que yo era muy buena y, de todos modos, mi hermana ya hacía travesuras por las dos, así que la pobre mujer ya tenía bastante... 

Y vosotros ¿también sois malos? ;) ¿Sí? ¡Contádmelo! 

martes, 2 de abril de 2013

Semana 9: Hostilidad y prejuicios

Personas como nosotros

Tenéis que saber que habéis estado a puntito de quedaros sin la entrada de hoy. Y es que ando con una mezcla muy particular de resfriado y alergia primaveral que me tiene un poco hecha polvo. Pero me debo a vosotros, galletitas mías, de modo que aquí estamos una semana más con La dieta espiritual de Francesc Miralles.

Esta semana nos tocaba dedicarla a un tema tan preocupante como la hostilidad y los prejuicios. No tenemos más que acordarnos de Lizzie Bennet para ver cuanto mal hacen los prejuicios en el mundo, y mucho me temo que causan cosas peores que estar a punto de no cazar al marido ideal... Estamos llenos de prejuicios, vivimos con ellos, los llevamos a cuestas y los alimentamos, sin querer o queriendo.

No hablo exclusivamente de prejuicios contra otras razas, culturas o religiones. Aunque esos son los más peligrosos, no son los únicos. Hablo de otros prejuicios, más sutiles. Prejuicios contra las egobloggers, por poner un ejemplo, a la que damos por supuesto que no sabe hacer nada útil pero le regalan cosas por ser mona. Prejuicios contra la señora mayor que está delante de ti en la cola del Mercadona y que te sorprende cuando no se pega media vida para pagar una coliflor y un kilo de tomates. Prejuicios como librera, cuando ves acercarse a la típica pija y temes que empiece a soltarte una gilipollez tras otra para al final pedirte un libro de no más de tres euros, pero que sea bonito, con tapa dura, didáctico y que parezca caro (basado en hechos reales). 

Cuesta deshacerse de los prejuicios porque nos basamos en experiencias y recuerdos. Tenemos nuestra vida, nuestras filias y nuestras fobias y aunque estamos muy seguros de no tener prejuicios contra árabes, chinos, rumanos o gitanos después de pensarlo un poco nos encontramos con la cruda realidad. A saber: no soportamos a los pijos de Barbour y El Caballo; miramos con recelo a las canis con sus moños a lo Amy Winehouse de barrio y sus aros de oro en las orejas tamaño hula-hoop; no nos gusta sentarnos en el autobus al lado de señoras mayores porque hablan y tú quieres concentrarte en tu libro; estamos convencidos de que esa chica tan mona ha conseguido su puesto de trabajo simplemente porque está buena... y podríamos seguir toda la vida con ejemplos de este tipo...

Uno de los objetivos de esta semana era leer una novela de una cultura muy diferente a la tuya. No lo he hecho porque tengo un montón de libros atrasados y la Semana Santa ha estado por medio, pero hace nada terminé Muchacho de oro, muchacha esmeralda de Yiyun Li. Si hay una cultura diferente a la nuestra esa es la china. Sin embargo, y en cuanto rascas un poquito la superficie te das cuenta de que todos queremos lo mismo, sea la cultura que sea. Tener un buen trabajo, vivir con comodidad, salud, amor... Todas esas personas con las que te cruzas a diario por la calle, incluso los que te parecen gilipollas, tienen las mismas preocupaciones que tú.

Piénsalo.

Para la semana que viene nos toca un tema muy personal, el ego. Vivimos con nosotros mismos 24 horas al días, de modo que promete ser un capítulo interesante. Los objetivos que tenemos que cumplir son los siguientes:

1. Proponte pensar sólo en aquellos problemas que requieren una solución inmediata dentro del mismo día o semana. Fuera de estos temas, aparta cualquier reflexión que tenga que ver con tus necesidades o carencias.

2. Escucha activamente al menos a una persona cada día. con escucha activa nos referimos a poner el 100% de nuestra atención en lo que nos está diciendo, sin que nuestro juicio se cuele en el discurso. queda descartado, por lo tanto, cualquier análisis o preparar la pregunta que haremos a esta persona.

3. Comprueba el efecto relajante de desconectar, aunque sólo sea por unos minutos, de ti mismo.


Y ahora, contadme cómo ha ido vuestra semana...

lunes, 1 de abril de 2013

750 Words, otra motivación para escribir

Ella tenía que contar las palabras a mano...
Día 1 de abril, lunes y vuelta al cole tras las vacaciones. Sé que muchos estáis ahogando vuestras penas en café pero vamos a ser positivos (le dijo la olla al cazo) y vamos de nuevo con un Lunes Literario. Hoy os voy a hablar de 750 Words, una página muy interesante que he conocido gracias a Literautas, de los que, por cierto, os hablaré un día de estos porque tienen muuucho que ofrecer a los culos inquietos literarios.

No sé cual es vuestro principal problema a la hora de escribir pero el mío es, básicamente, escribir. Emmm, sí. Ideas tengo a puñados, algunas mejores que otras, pero no es eso lo que me preocupa. Mi problema es que prefiero el daydreaming, lo que viene siendo el soñar despierta en cristiano, y nunca me pongo a escribir. En mi mente desarrollo las historias, caso y descaso a mis protas, los mato, los dejo huérfanos o los enfrento a monstruos inimaginables. Tengo novelas, trilogías, sagas.

Y sin escribir ni una sola palabra, oigan.

¿La razón? Supongo que la principal de todas es la pereza, pero también me ocurre que cuando lo pongo por escrito no suena ni la mitad de bien que me sonaba en la cabeza. Claro que en mi cabeza lo veía en calidad full HD, en Dolby Digital, en pantalla panorámica y con palomitas.

Escribir mientras comes palomitas es un coñazo, os lo prometo, ya lo he probado.

Por eso me encantan iniciativas como NaNoWriMo y demás fauna, porque te ponen en la obligación de escribir,y vas y escribes. 750 Words es una página en la que tienes que escribir 750 palabras al día. Unas tres páginas, más o menos, según nos dicen ellos. Es totalmente online, privada y te cuentan las palabras y los días que has escrito. Además, como incentivo, te van dando puntos si escribes todos los días, si llegas al mínimo, etc. Los puntos no sirven absolutamente para nada, pero hay quien se motiva con estas cosas...

También puedes inscribirte en en el desafío mensual, que no es otra cosa que comprometerte a escribir tus 750 palabras diarias, pero con la particularidad de que tienen una Pared de la Verguenza por si no cumples con el reto (tranquilos, también tienen una pared para los guays que lo consigan...). No sólo eso, puedes adquirir un compromiso en firme para obligarte a escribir del tipo Si tengo éxito, me compraré esa chaqueta que me gusta y Si fallo un día o más, plancho yo durante todo el mes. Lo puedes hacer público o no, y por supuesto, tú eliges tus compromisos.

Lo mejor de 750 Words es que es totalmente gratuito, y si sirve para que al menos escribimos tres paginitas de nada al día, pues bueno es... La idea nació con la intención de escribir por la mañana, de dejarnos llevar y que fluyeran las palabras para desencadenar así el proceso creativo para el resto del día, pero esto ya es a gusto del consumidor... Personalmente, me encanta la idea, de modo que creo que lo voy a utilizar bastante. Me gusta sobre todo que te cuente las palabras que llevas escritas, que yo soy muy de contar palabras, y así de un vistazo lo tengo presente.

¿Qué os parece la idea? ¿Os gusta la presión de un objetivo concreto o sois espíritus libres?

Por cierto, os recuerdo que hoy empieza el Camp NaNoWriMo. Finalmente me he decidido por continuar con la historia que empecé en el NaNo en noviembre, y me he puesto un reto facilito, 35.000 palabras, poco más de mil palabras al día. 

Y ahora,  ¡a escribir pezqueñines!